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viernes, 10 de mayo de 2013

Si tu amas a tu mamá...


Querido lector si no estás familiarizado con el ámbito cocinero quiero introducirte suavemente a la premisa que indica que el segundo domingo de Mayo es el día de mayor venta del año es decir de más BOLEO.
Si tu amas a tu mamá y deseas agradarla el día de la madres, no la sometas a la infamia de invitarla a almorzar fuera.
No tortures a tu hermosa y digna madre que te tuvo en su vientre quien sabe cuanto, que te hizo tus primeras papillas y que te guió la mano para aprender a escribir, esa misma mano con la que firmas el voucher de la tarjeta de crédito.
Ese domingo tienes que esperar, tienes que esperar TODO. Quítate de la cabeza esa idea de que haces reserva y cuando llegas tu mesa esta lista y montada. Falso, las reservas no son válidas y la amabilidad tampoco.
Si ya te encaminaste a ese suplicio, prepárate porque pan/chips o cualquier cosa que te pongan de entrada no va a llegar, y las bebidas podrían llegar un poco alteradas, si era limonada cerezada y te trajeron normal, colabora y tómate esa deliciosa bebida refrescante aún si no es la que tenías en mente, porque cambiarla sería contra producente.
Ya entrado en materia de platos fuertes, mi amigo lector, haznos un favor o mejor aún hazte un favor, no pidas nada que no esté en la carta. Tu quieres comer rápido y nosotros también queremos que comas rápido entonces pide algo que conozcas sin más alteraciones. Los platos fueron pensados y diseñados así como aparecen en la carta, balanceamos los sabores y las proporciones, entonces déjate llevar por nuestro estilo y disfruta.
Yo como amo profundamente a la mujer que me dio la vida, la invito  el sábado o la semana antes, o mejor aún le cocino yo misma.
Mis pequeñas tocinetas caramelizadas, coman y disfruten ese domingo, pero en sus casitas.
COLETTE

miércoles, 1 de mayo de 2013

No más, he dicho!

Mi primer post va dedicado a las personas que hacen posible la labor de restaurantes y demás establecimientos dedicados a deleitar sus "exquisitos" paladares, a ustedes los clientes. Pero no es precisamente una carta de agradecimiento, es un llamado de atención, o si son muy internacionales y les fastidia el español, un wake up call.

El ritual de ir a un restaurante consiste básicamente en escoger un plato o un vino que capte su atención, por pre concepto o por sugerencia del mesero o el chef, pero no se atreva a pedir algo que desconoce y tenga la osadía de  devolverlo porque eso no es lo que pidió o peor aún decir que está en mal estado.
Por favor no se exponga a ingerir fluidos de un desconocido y por desconocido no me refiero al levante de la noche, para ser mas explicito no se exponga a que le escupan la comida.

Otro punto a tratar, es que si va a un restaurante es porque evidentemente quiere algo que no se prepara en su casa, así que si quiere una ensalada, pida la del menú, no se ponga con pretensiones pidiendo la exótica combinación de lechuga, cebolla y tomate bañada con vinagre y aceite de oliva u ordenar un baby beef, o una pechuguita a la plancha, en un restaurante de etiqueta no está bien visto eso.
Sin duda alguna el tema de las carnes es mi favorito, pregúntele al mesero en que consiste el termino azul, jugoso, a punto y bien cocido, así escoge el que mejor se acomode a sus exigencias, pero no se vuelva fastidioso pidiendo que se la "cocinen mas" cuando usted mismo, sin saberlo, acaba de pedir la res viva.

Y por favor, y sé que hablo de parte de todo el gremio, no llegue a las once de la noche a un restaurante a pedir algo "rapidito" porque tiene el guayabo a flor de piel, amigo o amiga como dije anteriormente, no se exponga, tal cual dicen las madres y abuelas, no se busque la mala hora e ir a comer a las once y media de la noche cuando todo el  personal está recogiendo y a punto de  largarse, esa es la mala hora.
Señores clientes de todo corazón les exijo que dejen de nadar en ese mar de ignorancia en el que se encuentran sumergidos, lean y si quieren exigir,exijan tiempos, presentación, relación precio - calidad, pregunte de donde viene lo que se come, llegue puntual, y váyase  puntual pero no haga la vida de los cocineros mas difícil de lo que ya es, tema del cual hablaremos en otro post.

LINGÜINI

martes, 23 de abril de 2013

Los ricos también lloran

Los ricos tambien lloran, sufren, sudan, se cortan y se encabronan.
Como sobreviviente de una escuela de cocina  de esas que  no son baratas les puedo decir que la cocina es una dulce madre que nos acoge a todos aquellos que disfrutamos el arte de llenar estómagos  pero tambien es una bitch que nos juzga por nuestro origen no humilde.
Antes de seguir aclaro: no soy estrato 50 y no voy a Miami cada fin de semana, pero cargo el lastre de haber estudiado es una escuela "bien". Y digo lastre porque aunque ame la escuela donde estudie y creo que recibí una buena formación es un sello que nos marca, que nos pre juzga.  Nos discrimina.
Y si, también es discriminación porque al empezar un nuevo trabajo siempre escuchas expresiones como: "Ahhh tu te graduaste de la escuela Pepito Perez...  seguro que quieres trabajar aquí?" o "Seguro allá los enseñan a mandar no a picar" o "Que va... tu no aguantas este ritmo". Y eso duele en el corazón de roastbeef que tenemos, porque aún sin conocernos asumen que el dinero compra el conocimiento y quien no se quema no sabe.
Soy cocinera y elegí darme látigo en una cocina, sé a lo que me enfrento y no tengo miedo. No piensen colegas de otras escuelas que aunque vaya en taxi, tengo tantas ganas de comerme el mundo como ustedes, mi habilidad se demuestra cocinando y creando.
Muestro con orgullo mis pocas cortadas y quemaduras, eso no demuestra que sé poco sino que soy cuidadosa y precavida así como me enseñaron.
Espero que con el tiempo pese más mi experiencia y mi reputación que mi diploma y dejen de subestimarme. Por ahora mientras la construyo... comeré y beberé.
Mis tocinetas caramelizadas, que el Alka Seltzer los acompañe!
COLETTE


sábado, 20 de abril de 2013

El concepto



¿Qué distancia debe haber entre un concepto y un producto? ¿Hasta donde un concepto amarra la creatividad gastronómica?



A veces uno va a sitios que a través de una marca te generan una idea, así me pasó con Crépe de France, fui la isla que queda en el Villa Country un sábado por la tarde y pedí un Crépe de Chorizo.

La cocina abierta donde puedes ver el proceso me pareció interesante pues te genera confianza como cliente, todo estaba muy limpio y prolijo. El personal disfrazado de Jean Paul, Gerard o Francois ponen el ambiente a tono.
La presentación realmente es la más adecuada en su conito tipo "to go" con un logo que aunque estético a mí me parece bastante obvio. 
Pero el punto es que si es un negocio que evoca toda la onda francaise con bandoneones de fondo y todo ¿Por qué ofrecen productos como una crépe con chorizo y maíz? ¿Que tiene eso de francés? ¿Me hace sentir toda Brigitte Bardot en un café parisino? 
Pues la respuesta es un contundente y bien marcado NO.
Vendamos cosas coherentes, que nos identifiquen, que ubiquen a nuestro cliente en algo, si diseñamos un plato cada cosa debe tener una razón de ser, cada elemento debe estar pensado de esta forma generamos en el cliente una experiencia y no solo una barriga llena.
La masa de la crépe tiene un sabor dulzón que empalaga cada bocado y el tomate estaba tan maduro que se deshacía, la verdad es que no me mató porque no tenía ningún sabor marcado, las cosas tiene que llevar una línea lógica, y no poner por poner. 
Si finalmente te decidiste por sacar una crépe de chorizo con maíz, primer error en una serie de errores, al menos marque el sabor que me sepa criollo, que me sepa a guiso con personalidad definida no en esa tibieza de sabores que son y no son.
No estoy diciendo que no vayan a Crépe de France, ni que es un mal negocio, ni mucho menos, mi punto es que si somos una empresa seamos coherentes y si somos clientes abramos un poco más la mente para no querer embutir un desgranado dentro de una crépe.

Sea lo que sea mis pequeñas tocinetas caramelizadas, coman y beban.... Y que el Alka Seltzer nos acompañe!

COLETTE