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sábado, 22 de junio de 2013

El último bocado significa amor


Porque los cocineros o foddies somos glotones, entonces cuando regalamos el último pedacito de algo delicioso es amor infinito.
Nosotros amamos con el estómago, pensamos con el estómago preferiblemente lleno,  nos excitamos con el estómago y cuando estamos cagados del susto nos duele el estómago. Acto seguido mencionaré esa frase tan cliché: sentimos maripositas en el estómago cuando nos enamoramos, aunque en mí a veces es más un como una codorniz estrellándose contra el páncreas. Pero bueno  el asunto es que todas nuestras sensaciones se acumulan en ese músculo gástrico, el Rey Gastro.  Y el corazón…?  Bueno en “nosotros” ya no es el protagonista es como el actor secundario de una película de Brad Pitt.
Tenemos un sentido de posesión sobre las cosas y las personas, nos conducimos por la vida con la autoridad que nos dan los cuchillos afilados y la habilidad de deshuesar cualquier ser vivo.  El egoísmo fluye tan naturalmente en nosotros que traspasa la cocina y se mete en nuestra vida personal, intentamos saborear y retener todo lo que podamos, literalmente.
El gusto manda sobre cualquier sentido, así que nuestra percepción de la vida es hedonista, deliciosamente hedonista.
Te amo con mi estómago,  que es más grande que mi corazón. Y te amo egoístamente por eso si te doy  mi  última cucharada de soffiatto de chocolate o el último bocadito de un jugoso bife: mi amor, cásate conmigo!

COLETTE

miércoles, 19 de junio de 2013

Chef Rockstar

Hoy en día la figura del chef se ha popularizado por la gran influencia de los medios de comunicación, a tal punto de convertirlos en estrellas de Hollywood, algunos han conseguido esta fama, por sus aportes a la gastronomía, y otros pues porque simplemente generan buen rating.

Pero mi punto esencial es que no necesariamente el más famosos es el mejor. Contextualicemos  un poco, hoy en día cualquiera puede ser famoso, hay un sin fin de ejemplos, Kim Kardashian, la gente esta de Jersey Shore, los protagonistas de nuestra tele, y otros más que son populares, pues por ser nada, simplemente salieron premiados en la lotería genética  y lamentablemente ésta no es una situación ajena a el mundo de la gastronomía.

Hay muchos cocineros de renombre que han alcanzado la cúspide mediática llanamente porque complican y exageran sus creaciones para dar aires de grandeza a su arte, porque ponerle a una humilde ensalada el pomposo nombre de "bosque encantado con polvo de hada virgen" no es más que prometer algo espectacular cuando no lo es .
No nos olvidemos que comer es una necesidad básica del ser humano. Los cocineros tenemos la labor de embellecer algo aparentemente feo para estimular al comensal y que éste se atreva a la aventura, pero no podemos crear fórmulas complicadas que asusten el paladar del cliente y mucho menos asusten su bolsillo o peor aun engañarlos con nombres mitológicos y macondianos.

Cocineros, no pierdan sus esperanzas si no son parte de un canal de televisión o si su nombre no está en Wikipedia, eso no tiene gran importancia ya que no los define como buenos o malos.
No se olviden que los cocineros trabajamos tras bambalinas, que nuestro legado se haga famoso no nosotros, para fama están los reality shows y los chef que parecen estrellas de rock, pero recuerden que muchas estrellas no escriben sus canciones ni cantan en vivo.

Lungüini

viernes, 14 de junio de 2013

Aunque el marrano sea rubio y de ojos azules...

Si bien éste blog esta dedicado a la cocina y a las diferentes experiencias que se viven en ella, quiero hacer énfasis en la segunda palabra de nuestro eslogan, la realidad, y una realidad que me esta causando prurito anal, es la gente con cuerpos perfectos que creen que los gordos no tenemos derecho a nada en la vida.

Amo comer, puedo comer siempre y disfrutar de cada bocado que entra a mi boca y saborearlo como si fuera el último, y evidentemente mi cuerpo lo almacena en mi barriga, y me gusta mi barriga! 
Aunque he tomado decisiones estúpidas en mi vida, me considero una persona inteligente, lo suficientemente inteligente para aceptar y amar mi cuerpo y mi gordura. 

Mujeres raquíticas, que parecen de Namibia no produce ningún pensamiento sexual, más bien un sentimiento de pesar, dan ganas de tirarles un pan y que se nutran.
Lectoras, el símbolo sexual por excelencia, que conquistó al mundo por su belleza y su carisma, tenia curvas, y era Marilyn Monroe, una mujer con cuerpo de guitarra, que hoy en día, después de fallecida es capaz de de levantar comentarios y otras cosas por su belleza.

Los seres humanos del día a día tienen estrías, celulitis, no son producto de photoshop, esos seres somos tu y yo.
No tengo nada en contra de las personas que se ejercitan, y tienen una vida saludable, eso está muy bien y es admirable, tampoco estoy diciéndoles que se inyecten una garrafa de manteca de cerdo en las venas porque hay que cuidarse para prolongar nuestras existencias, pero  antes de ejercitar todos los músculos de mi cuerpo, prefiero ejercitar la parte más importante y vital de mi ser, MI CEREBRO.

Para finalizar les digo a las personas estúpidas que discriminan a los gordos porque no somos tan brutos y superficiales como para dejarnos llevar por los estereotipos de esta sociedad , que aunque el marrano sea rubio y de ojos azules, la morcilla siempre va a ser negra, así que mátense de hambre, así va a haber  mas comida y placer para nosotros.

Bueno mis gordos del mundo a armarse con cucharas y tenedores que hay mucho que comer y disfrutar y no se preocupen por la indigestión, que para eso algún ser celestial invento el alka seltzer.
Lingüini




miércoles, 12 de junio de 2013

Pollo, papas fritas y helado de vainilla


A veces me pesa conocer mucha gente, porque definitivamente disfruto de mi anonimato y mi bajo perfil, lo bueno de ese constante intercambio de ideas con otros individuos es que me permite establecer diferencias y similitudes, un poco de teoría de los conjuntos que vimos como en segundo de primaria.

Siendo que de esta manera he llegado a una conclusión, de la que tengo varios casos claros para ejemplificarlos, pero deseo reservar la identidad de mis sujetos de estudio.
Los hombres adultos jóvenes, que crecieron solamente con su mamá o en un profundo y estricto matriarcado con un toque de síndrome de Edipo, desarrollan un especial y exclusivo gusto por el pollo, las papas fritas y el helado de vainilla y chocolate.

Soy cocinera es por esto que se me hace tan curioso todo este asunto, no es que yo tenga algo en contra del pollo, las papas fritas y el helado (al que amo en cantidades industriales). De lo que si estoy en contra es de la exclusividad aburrida. Existe una conexión implícita entre nuestra relación con la comida y nuestra relación con el mundo.

Lo que me llama la atención es ese apego a las contantes, a las rutinas, a lo conocido. A todos nos gustan ciertos "clásicos" a los que acudimos cuando todo lo demás nos ha fallado o cuando tenemos ganas de algo cómodo  tipo comfort food y eso está bien, lo grave viene cuando esos "clásicos" lo son todo y perdemos esa capacidad de aventurarnos, de arriesgarnos, de ponernos fuera de nuestra esencia y acercarnos al límite.
Intentar cosas nuevas nos deja muchas ganancias, porque incluso si no nos gustaron esas nuevas experiencias, ese conocimiento de lo que no nos gustó se convierte en una herramienta de descarte para el futuro. Tan sencillo como "Been there, done that".

Así que de vez en cuando arriesguémonos a abrir el menú de la vida y pedir algo diferente, quizá pueda terminar gustándonos tanto que los convirtamos en "clásicos". Pero nunca, nunca, nunca nos escondamos en la comodidad... podríamos dejar de sorprendernos mis tocinetas caramelizadas y ahí, ahí sí que no hay Alka Seltzer que valga.
COLETTE

T.G.I.F

Gracias a Dios es viernes, es la frase que dice la mayoría de las personas en ese prometedor día a las 6:00 p.m, y las niñas que se creen anglo ambientan su ritual de belleza con la muy adolescente canción de Katy Perry, pero hay un grupo de seres que no están del todo agradecidos de que sea viernes, los cocineros.

Antes de que piensen que soy un resentido que no le gusta lo que hace, en mi defensa digo que no es así, que me apasiona mi profesión, por su versatilidad y por el constante aprendizaje que enriquece mi vida día a día. Pero querido lector que estas pensando en estudiar gastronomía, que te encanta ver El Gourmet y cocinarle a tus amigos los fines de semana, déjame informarte que si te metes en esto no van a existir los viernes y mucho menos El Gourmet, básicamente porque no vas a tener tiempo ni ganas de verlo.

En las escuelas de gastronomía te van a decir que esto es duro, pero una cosa es que te lo digan y otra es vivirlo en carne propia, ver como todo el mundo se arregla, se viste, se emperfuma porque van a la discoteca de moda a rumbear y muy seguramente a tirar después de embriagarse, puede generarte un poco de envidia, pero solo un poco, no mucho...

Los viernes son sinónimo de barullo, de fanfarria, de rumba, pero para nosotros los cocineros es sinónimo de trabajo duro y de esfuerzo, los viernes somos guerreros que nos armamos con una mise en place extensa y con mucha paciencia para sacar lo mejor de nosotros.

Por esto amigo o amiga te insto a que pienses muy bien que vas a hacer si quieres meterte en el mundo de la cocina, si eres una persona extremadamente social, con un itinerario muy apretado, pueda que te sientas un poco fuera de lugar, pero si estas dispuesto a trabajar los días que la gente "normal " sale a relajarse, a que el día de las madres veas a muchas madres excepto a la tuya, a perderte cumpleaños y aún así sientas la satisfacción de ver a un cliente con una sonrisa en la cara después de comer lo que preparaste, bienvenido a la batalla:  Afila tu cuchillo y a luchar ! AUU AUU AUU!!! (Que patético, lo sé).

Bueno mi gente, que el Bonfiest lua los libere del guayabo y los guíe por el camino de la luz.

LINGÜINI

viernes, 7 de junio de 2013

El amor entre los cocineros

El amor de por sí es un tema bien complicado, sobre el amor hay,  desde películas, música,  libros de como y de como NO enamorarse, blogs, en fin toda una industria que gira en torno a los chocolates y corazones. Yo no pretendo dar una lección sobre el, porque Dios sabe que tan torpe soy al respecto.
Pero si me llama mucho la atención como se desarrolla el amor entre esa población tan particular que somos los cocineros.

Los cocineros somos ante todo artistas y eso nos hace estar muy en contacto con nuestras emociones y sentimientos, somos pasionales, generosos, iracundos, sexuales, eróticos, estrictos, caprichosos y muy sociales. De hecho trabajamos bajo una organización que no es más que una sociedad piramidal y el contacto con los otros miembros del equipo es constante y estrecho... Rompemos la barrera de los 25 centímetros mínimos de distancia entre un ser vivo y otro.
Es por todo lo anterior que nuestra versión de amor se manifiesta, crece y se mantiene en unas condiciones especiales.

Nuestro amor empieza con señales que para otros son difíciles de percibir, como códigos ocultos entre amantes clandestinos, y aflora en medio del desgaste físico y una imagen corporal sin mucho arreglo. No hay opción nos mostramos tal y como somos. Sin photoshop.
Este se manifiesta con una pasión desmedida y con una nueva intimidad puesto que la cercanía física con los compañeros que es habitual y rutinaria necesita nuevas formas de encuentro en que sólo caben dos y nadie más.

Y como todo lo que empieza con gran intensidad tiene la tendencia a terminar dramáticamente, el desamor, cuando llega nos consume hasta el alma.

Estaremos condenados a vivir en una montaña rusa de emociones, gratificación y sexo? O será una tendencia del alma inexperta que aún no ha encontrado su equilibrio natural?

Mientras tanto mis bombones de chocolate rellenos de tocineta caramelizada, para el desamor no hay cura, pero para la indigestión al menos hay Alka Seltzer!

COLETTE